Xi Jinping ejerció su poder vertical sobre la burocracia comunista y destrabó las negociaciones que el Ministerio de Salud y la empresa Sinopharm emprendían desde hace meses para cerrar un acuerdo por 15 millones de vacunas chinas.
Xi tiene una excelente relación a la distancia con Alberto Fernández y su última carta enviada a Buenos Aires funcionó como un ultimátum tácito a la nomenclatura farmacéutica de Beijing para que finiquitara los acuerdos de precios, sanitarios y logísticos previos a la llegada de los primeros embarques de la vacuna china a Ezeiza.
El Presidente apuesta a una relación estratégica con el líder comunista y la compra de 15 millones de vacunas a Sinopharm funciona como una evidencia geopolítica. China no ha vendido en América Latina una sola vacuna de producción local, y el probable acuerdo con Argentina coloca a Beijing en una ofensiva comercial que por volumen supera a las compañías privadas Pfizer, Oxford-AstraZeneca y Moderna.
La empresa Sinopharm, vinculada al estado chino, ya prepara un dossier con las pruebas, los ensayos y las investigaciones para ser remitido sin demoras al ANMAT y al ministerio de Salud. Y cuando ese dossier llegue, y el ANMAT recomiende la vacuna china, sólo faltaría que la cartera de Salud permita la aplicación en todo el país.
“La vacuna china va a llegar. Es cuestión de tiempo”, comentó Alberto Fernández en Chapadmalal.
Fuente: Infobae
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